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La misión de renacimiento del Yoga Tradicional 

El Yoga es en la actualidad una disciplina de gran popularidad. En su proceso de difusión ha sucedido que es frecuente que el público desconozca las raíces y bases del Yoga que practica, inclusive, la popularización de esta disciplina, si bien de enorme provecho para las sociedades actuales, ha producido una cierta distorsión o dilución de los contenidos y propósitos originales. A estos conocimientos antiguos y originales se los denomina Yoga Tradicional.

 

Yoga Tradicional recibe este nombre porque se enraíza en las más antiguas tradiciones de la India, cuna del Yoga, tanto a través de la cadena ininterrumpida de maestros que se remonta a Gorakshanātha, siglo XI, cabeza de linaje del Haṭha Yoga como a los testimonios que estos maestros dejaron por escrito bajo la forma de manuscritos. Si bien algunos de estos textos son de difusión actual - el Haṭha Pradīpikā y el Gheraṇḍa Saṃhitā -, existen otros cientos de ejemplares aun no publicados que contienen numerosas enseñanzas originales fruto de las experiencias trascendentes de los maestros. 

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Yoga Tradicional es entonces aquel conocimiento del yoga que se fundamenta en las fuentes de la tradición. Esta fuentes son, por un lado, la enseñanza oral, transmitida de boca a oído por los maestros vivos que son un eslabón más en la cadena de transmisión; y por otro lado los mencionados manuscritos, testimonios escritos. 

Este movimiento sigue vivo en la modernidad, por un lado, a través de las publicaciones de los textos escritos en pergamino, papiro, tela u hojas de palmera, que van siendo rescatado de antiguas bibliotecas, monasterios y museos, para ser editados y comentados a modo de resultar accesibles al lector, junto con enciclopedias y glosarios. Y, por otro lado, por la presencia entre nosotros de maestros que han recibido la enseñanza directa a su vez de otros maestros dentro del linaje de la tradición ancestral. 

Desde los años 90 asistimos a un proceso de renacimiento del Yoga Tradicional iniciado por el Dr. M. L. Gharote cuyo propósito es restaurar, proteger y difundir este conocimiento. Discípulo directo de Swami Kuvalayananda, en su juventud el Dr. M. L. Gharote (fallecido en 2005) formó parte del movimiento de apertura del Yoga a la sociedad moderna y occidental iniciado por Swami Kuvalayananda a través de la investigación de los fundamentos científicos del yoga y su difusión como Yoga Aplicado. 

 

En su madurez, se pone al servicio de la misión de restauración del Yoga Tradicional tanto por su tarea con los manuscritos como por sus propias publicaciones y viajes alrededor del mundo difundiendo enseñanzas.  

 

Para comprender mejor la importancia de esta misión es conveniente conocer la gran tarea de investigación y difusión llevada a cabo por Swami Kuvalayananda (1883-1966). A partir de la incansable dedicación de este yogui contemporáneo, el yoga dejó de ser una práctica esotérica y de élite, y se volvió apto para el hombre común.

Swami Kuvalayananda
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Ganesh Gune, tal era su nombre de nacimiento, era hijo de una muy humilde familia de la casta Brahmín india. Gracias a una beca del Gobierno pudo recibir una excelente educación y se orientó profesionalmente a la docencia, pasando pronto a ser director de un colegio de varones.

Contemporáneo de Sri Aurobindo y Mahatma Gandhi, se interesó por la política y el Movimiento de Renacimiento Cultural Indio que permitió la posterior independencia de su país. Dentro de ese movimiento de revalorización de la cultura india, Gune se dedicó al estudio de la educación física tradicional india. Pronto se encontró poco apto para esa disciplina dada su rigurosa dieta vegetariana correspondiente a su casta y a sus inclinaciones espirituales. Su naturaleza era poco compatible con las artes de lucha y su maestro le sugirió que estudiara la milenaria disciplina del Yoga. Comienza aquí un camino de estudio, trabajo espiritual y absoluta entrega al camino del Haṭha Yoga, de acuerdo con la guía de Mādhavadās Maharaj, el más grande yogui de su época.

Gune fue uno de los principales responsables de la difusión del Yoga en Occidente. En busca de obtener el conocimiento de esta disciplina ancestral, Gune se entrega a la vida yóguica en el ashram de Malsar en Gujarat, donde pasa dos únicos, pero muy intensos y abnegados años a los pies de su maestro, el cual, antes de dejar este plano de la existencia, le traspasó todos sus conocimientos.

Gune se consagra a la vida espiritual y toma el nombre de Swami Kuvalayananda, comenzando aquí una larga y ardua tarea de integración entre el Yoga Tradicional y la ciencia occidental con el propósito de validar y hacer respetar esta disciplina milenaria en los tiempos modernos.

 

Desde el punto de vista histórico, es necesario mencionar que la larga ocupación inglesa provocó el desprestigio de las artes y ciencias tradicionales indias en su misma patria y entre su misma gente. Sumado a lo cual, la condición esotérica de las prácticas yóguicas dió lugar al desprecio y la desinformación en torno de esta disciplina espiritual.

Swami Kuvalayananda consideraba que el Yoga tenía un mensaje para toda la humanidad, más allá de la Nación India, y para todos los aspectos de lo humano: físico, mental, social y espiritual. Su propósito consistió entonces en jerarquizar esta disciplina validándola desde el método científico, desarrollando una forma práctica de transmisión y enseñanza de modo de llegar al hombre común a través de la formación de instructores, recuperando los escritos tradicionales.

Yoga aplicado

Para ello Swami Kuvalayananda desarrolló el concepto de Yoga Aplicado, es decir, que, trascendiendo el uso tradicional del Yoga para el logro de la Realización espiritual, comprendió y quiso transmitir el Yoga como una herramienta de primera necesidad para mejorar la calidad de vida del hombre en la sociedad actual, aquejado por todo tipo de trastornos debidos al estrés.

 

Swami Kuvalayananda identificó metas intermedias en el camino del Yoga hacia su meta última: la liberación espiritual. Estas metas intermedias, que a su vez son medios en la consecución del Fin Último (Iluminación o Realización) tienen que ver con la salud y el condicionamiento psicofísico, el autocontrol emocional, el aumento de las capacidades intelectuales, la paz interior; condiciones todas estas que hacen a la mejora de la calidad de vida del hombre moderno.

 

Llamó Yoga Aplicado a este yoga de las metas intermedias. El Yoga Aplicado se extiende desde el campo de la pedagogía en las escuelas, la mejora de la performance deportiva, la superación del sufrimiento psicológico hasta el tratamiento de numerosos cuadros de enfermedades o trastornos psicosomáticos.

Para llevar a cabo esta tarea de desarrollo, difusión y puesta en práctica del Yoga Aplicado, Swami Kuvalayananda fundó en 1924 el Hospital Escuela de Kaivalyadhama. Allí, además de ofrecer tratamiento yóguico para distintos desórdenes de salud, montó un laboratorio con los más modernos instrumentos diagnósticos de su época para evaluar los efectos de las prácticas y validarlas con el método científico, acorde a los estándares científicos de ese momento.

Es necesario tener presente, que mientras Swami Kuvalayananda desarrollaba esta tarea en India, en Occidente empezaba a difundirse el concepto de estrés, con los novedosos descubrimientos acerca de los transmisores químicos, responsables de la respuesta de lucha y huida. Nuestro admirado yogui mantenía un serio contacto con científicos de Europa y los Estados Unidos, jóvenes científicos ingleses y americanos visitaron Kaivalyadhama para ponerse al tanto de las investigaciones que se estaban llevando a cabo.

Fiel a su espíritu científico y moderno, Swami Kuvalayananda editó Yoga Mimamsa, una revista para la divulgación de sus descubrimientos, publicación que se sostuvo durante varios años, llevando al público el contenido de los avances de los experimentos, enseñando la aplicación de estos para la comprensión de las técnicas yóguicas con orientación para practicantes, instructores y terapeutas.

Más adelante, fundó el primer Colegio de Yoga y Síntesis cultural para la formación de instructores de yoga. En simultáneo y contribuyendo con estas investigaciones, se dedicó a la recolección de manuscritos antiguos que contuvieran las enseñanzas tradicionales del Haṭha Yoga. Del contenido de estos manuscritos y las prácticas mencionadas en ellos, se inspiró Swami Kuvalayananda para el desarrollo de sus experimentos y el bagaje de técnicas que constituyó el corazón de su Yoga Aplicado. Estos manuscritos no sólo fueron protegidos y archivados adecuadamente, sino también transcriptos a lengua vernácula, sometidos a ediciones críticas y comentarios que facilitasen la conservación de estos y su correcta lectura en los tiempos actuales.

Para el desarrollo de estas múltiples tareas, se rodeó de un equipo de jóvenes discípulos, dedicados plenamente al yoga y otras disciplinas complementarias como fisiología, psicología, antropología, filosofía y lenguas antiguas de la india. De este selecto grupo de discípulos, surgió el Dr. M. L. Gharote, quien, a la muerte de su maestro, quedó a cargo de la dirección del Hospital Escuela de Kaivalyadhama y la continuidad de todas sus tareas de investigación, divulgación y docencia. Su tarea se prolongó hasta su retiro y luego de ello en la fundación del Lonavla Yoga Institute, única institución contemporánea dedicada a la recopilación, traducción y edición crítica de los manuscritos antiguos del Yoga.

Cabe detenerse a mencionar al Dr. Gharote, pues más allá de la importancia de haber sido el continuador de la obra de Swami Kuvalayananda, fue también el responsable de la difusión del Yoga Tradicional en la Argentina. Su tarea de difusión del Yoga Aplicado al mundo occidental lo trajo numerosas veces a la ciudad de Buenos Aires. Allí proveyó asesoramiento para la creación de la Tecnicatura Superior en Yoga en la Escuela de Estudios Orientales de la Universidad del Salvador, única institución universitaria del mundo de habla hispana que otorga un título oficial en Yoga.

En 1966 Swami Kuvalayananda deja su cuerpo físico. Tras la tradicional ceremonia de cremación sus restos descansan en un Samādhi o monumento funerario en Kaivalyadhama. Sus enseñanzas quedaron plasmadas en numerosos artículos en su revista Yoga Mimamsa y en sus libros, los que lamentablemente todavía no han sido traducidos al español: “Āsana”, “Prānāyāma” y “Yoguic Therapy”. A él se le debe el término “yoga terapia”, hoy tan en boga.

Si bien otros importantes y dedicados alumnos llevaron su mensaje por el mundo, de sus discípulos sólo podemos considerar en línea directa al Dr. M. L. Gharote. El Dr. Bhole y el Dr. Pratap participaron a su vez de este proceso. El primero visitó también numerosas veces la Argentina, habiendo dejado su mayor huella en Italia, donde se publicaron libros con sus enseñanzas relacionando fisiología y yoga. El segundo se radicó en Filadelfia, USA, liderando allí el movimiento de Yoga científico llamado “SKY”: Swami Kuvalayananda Yoga Foundation.

Aunque la escuela de Kaivalyadhama funciona aún, podemos considerar que el espíritu del Yoga de Swami Kuvalayananda persiste gracias al Lonavla Yoga Institute, fundado en 1996 por el Dr. M. L. Gharote, quien lo lideró hasta su muerte en 2005, estableciendo filiales en varios países del mundo.

En el presente, el Dr. Manmath M. Gharote continúa con la tarea de su padre, habiendo publicado en los últimos años ocho manuscritos inéditos con edición crítica y comentarios, además de la Enciclopedia de Āsana y de Aplicaciones Terapéuticas e inventarios de manuscritos existentes. Sus viajes de divulgación y educación también lo llevan por diferentes países del mundo, Argentina, Brasil, Alemania, Croacia, Suiza, Sri Lanka, Japón.

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